Nuevamente estuvimos con colegas y amigos en el pasado Proptech Latam Summit 2022. Como en ediciones anteriores, fue un grato encuentro con excelentes profesionales, nuevas ideas y oportunidades por explorar. Tuve el placer de compartir un panel sobre Metaverso, Blockchain, NFT y todas las nuevas posibilidades que la Web 3.0 abre para el Real Estate. Una reflexión que hoy comparto en estas líneas.
Me acompañaron en la conversación Nancy Estens, CEO y founder de Wo Smarter Humans; Mario Valón, CEO y co-founder de ImagineX; y Stanley Kahng, founder de Plano. Fue una buena plática con excelentes emprendedores tecnológicos, que están aplicando Blockchain, NFT, Big Data e Inteligencia Artificial en nuevos modelos de negocios que introducen al Real Estate en la Web 3.0.
Ahora bien, ¿cómo entender la Web 3.0? El Internet que conocemos en la Web 2.0. Es la que dominó desde 2005, en las que las grandes Big Tech (Google, Facebook, tantas otras) median el acceso de los usuarios hacia todo lo que Internet tiene para ofrecernos. Es la Web Social, en la que los usuarios comenzamos a crear contenidos que compartimos en distintos canales.
Pero este Internet está cediendo su lugar, está evolucionando. Es la Web 3.0 en la que Metaverso, Blockchain, NFT y criptomonedas son los que marcan la forma como los usuarios se relacionan en una comunidad y generan una economía. Por supuesto, es una nueva realidad que empieza a impactar a nuestra industria.
¿Qué es la Web 3.0?
Esta nueva generación de la Web tiene la capacidad de interpretar y entender todo lo que trasmitimos por Internet, ya sea a través de texto, voz u otros medios. Come dije, es una evolución de esa estática Web 1.0, en la que solo consumíamos lo que nos ofrecían las punto.com, y de la Web 2.0, en la que los usuarios nos convertimos en creadores de contenidos. En esa Web social participamos sin ser programadores, pero tenemos que lidiar con que las grandes tecnológicas se queden con nuestros datos.
Ahora avanzamos hacia una Web que nos entiende mejor. Por eso se le llama Web Semántica. La Inteligencia Artificial y el Aprendizaje Automático son los que analizan datos. Esto ayuda a la generación y distribución inteligente de contenido valioso, de acuerdo con las necesidades específicas de cada quien. Con una gran diferencia con respecto a la Web 2.0, que en teoría no pueden quedarse con nuestros datos.
Esta evolución se fundamenta en Blockchain. Los desarrolladores de la Web 3.0 crean e implementan aplicaciones que se construyen sobre cadenas de bloques, redes descentralizadas de numerosos nodos (servidores) punto a punto, o un híbrido de los dos. Estos programas se conocen como aplicaciones descentralizadas (DApps), un término con el que debemos empezar a familiarizarnos. Son aplicaciones que no deberían ejecutarse en un solo servidor o almacenar datos en una sola base de datos. Tal y como han hecho las apps de la Web 2.0.
Por eso es que esta nueva generación de Internet se basa en las finanzas descentralizadas (DeFi). Otro término que tenemos que incorporar a nuestra cotidianidad. Muchos de los protocolos de la Web 3.0 dependen en gran medida de las criptomonedas. Por eso, es que esta nueva Web está asociada a las criptos y a los NFT (tokens no fungibles).
Pregunto: ¿Ya tienes tu wallet para negociar en esta Web 3.0? Incluso más, ¿ya tu negocio inmobiliario tiene su wallet y se está beneficiando de las DeFi?
El impacto de la Web 3.0 en el Real Estate
Cuando vemos que nuestra industria sigue de última en la transformación digital, una afirmación que forma parte del estudio que el MIT presentó en el Proptech Latam Summit 2022, suena lejano preguntar si ya nuestro negocio ingresó en la criptoeconomía.
Lo cierto es que si apenas tenemos una web donde ofrecemos nuestros servicios y todavía no hemos aprovechado todo el potencial que nos ofrece la Web 2.0, difícilmente se puede pensar en la Internet de tercera generación.
Para cualquiera que tenga un negocio de Real Estate, desde una pequeña inmobiliaria hasta una gran desarrolladora o un potente fondo de inversión, que no ha avanzado en esta nueva virtualidad quiero compartir 6 datos que nos tienen que movilizar:
- Ya sabemos que con Blockchain podemos tokenizar propiedades inmobiliarias. Estos tokens son una fracción de una propiedad. Son criptoactivos que podemos comprar y vender en el mercado, tal y como lo haríamos con un Bitcoin, con la salvedad de que tenemos un bien inmueble que respalda cada uno de esos tokens.
- Blockchain garantiza que si estoy en México puedo comprar una propiedad en Europa, no tengo que viajar. Puedo confiar en que toda la información guardada en la cadena de bloques es confiable. Con lo cual se abre la oportunidad de globalizar el negocio inmobiliario.
- En 2021, se compraron NFTs por 25 billones de dólares. Hay todo tipo de NFT. Vinculado a lo que hacemos, están aquellos NFT que representan una parcela en algún metaverso, una pieza de arte digital para exhibir en tu hogar digital o una representación de una propiedad en el mundo real.
- Se estima que para 2024, 52% de las empresas en el mundo ya tendrá su versión en la Web 3.0, incluyendo por su puesto el Metaverso. Mientras que en 2027, en apenas 5 años, 98% deben haber migrado su presencia digital hacia la Web 3.0.
- En 2021, se vendieron parcelas en Metaverso por 500 millones de dólares. Son parcelas digitales que se revalorizan con el paso del tiempo, desde la cual podemos exponer y vender nuestros productos y servicios. Eso que hacemos y vendemos en el mundo real.
- La economía de la Web 3.0 nos brinda transparencia, elimina intermediarios y resuelve problemas de financiamiento sin la burocracia del sistema financiero tradicional, con un Smart Contracts de por medio que es infalible.
Como profesionales del Real Estate tenemos que entender que ya llegó el momento de digitalizarse. No hay oportunidad de dejarlo para después. La Web 2.0 está cediendo su espacio Web 3.0, con todo su potencial para hacer crecer nuestro negocio. Hay nuevas herramientas y funcionales que hay que aprender a aprovechar. Metaverso es una industria que se valorará en un trillón de dólares. Pregunto: ¿quieres participar de esta jugada o te vas a quedar al margen?