En la planeación de un proyecto inmobiliario exitoso, se requiere establecer claramente -para cada una de sus fases- las expectativas de las áreas principales que lo conforman. A partir de éstas se derivan las iniciativas estratégicas que se desarrollan a lo largo de su duración:
Dirección: Éste sin duda es el elemento más relevante y consiste en gran parte en la integración de la estructura de talento que va a estar liderando el proyecto.
Aquí debemos partir de los principios de una buena gestión de empresa, ya que en un proyecto de inversión inmobiliaria intervienen todas las funciones de administración de un negocio. Debemos establecer claramente la estructura organizacional y sus jerarquías, y los pasos para lograr un buen gobierno corporativo que resulte en una toma de decisiones efectiva.
El objetivo clave para establecer una buena dirección será primeramente consolidar al mejor talento con un alto grado de motivación, que alinee sus intereses a los indicadores de éxito previamente definidos.
Económico: En el capítulo financiero, el fin último es la obtención del mayor grado de rentabilidad de la inversión. Para lograrlo, primero debemos establecer los objetivos clave de rentabilidad del plan de negocio, y definir claramente aquéllos generadores de valor para el tipo de proyecto. Esto implica revisar con detenimiento las estrategias de valuación de la inversión durante su ciclo de vida.
Sin duda en la fase de planeación se deberá también definir un proyecto que apunte a ofrecer un alto valor agregado, determinado por los flujos que se espera recibir del activo, con la mayor certeza de los mismos. El valor será siempre un resultado de la administración de los siguientes ingredientes: flujos de efectivo, crecimiento y riesgo, los cuales pueden variar en función del tiempo.
Mercado: Quizás el punto más crítico tendrá que ver con el aseguramiento de que las variables de diferenciación apunten a generar valor en el mercado.
En la definición de la estrategia comercial, el equipo directivo deberá revisar la “película completa” y entender que el marketing ideal no representa un solo acto por sí mismo, sino una fuerza complementaria para el trabajo de comercialización que irá sumando esfuerzos en conjunto para el logro de los objetivos. El proyecto deberá contar con los mejores fundamentos estratégicos de mercado y con un equipo con el conocimiento apropiado que alinee los esfuerzos de ventas y marketing para que esto resulte en un método indiscutible.
Diseño: La tarea principal del equipo de diseño debe dirigirse a crear un proyecto rentable que asegure el éxito comercial. Éste deberá lograr el máximo aprovechamiento de sus espacios, optimizándolos, y obteniendo las mejores eficiencias sin demeritar la calidad de su operación. Hoy en día es indispensable que en el proceso de creación de ideas se guíe al diseño al cuidado sustentable y a la creación de valor con sentido urbano.
Para optimizar el potencial del proyecto, el enfoque del diseño se dará en varias dimensiones: contexto geográfico, enfoque en la clase y mezcla del producto, y rol en la cadena operativa.
El éxito del proyecto será, sin duda, un logro bajo un contexto colaborativo de equipo y una planeación estratégica inteligente.
Sin duda en la fase de planeación se deberá también definir un proyecto que apunte a ofrecer un alto valor agregado, determinado por los flujos que se espera recibir del activo, con la mayor certeza de los mismos. El valor será siempre un resultado de la administración de los siguientes ingredientes: flujos de efectivo, crecimiento y riesgo, los cuales pueden variar en función del tiempo.