Las máquinas se interconectan para la ejecución de determinadas tareas o funciones. En este proceso se recogen datos que son vitales para que ese funcionamiento sea óptimo y sin la intervención humana. Los datos son evaluados y analizados para posteriormente tomar mejores decisiones para el desarrollo de nuevas iniciativas. En el caso de los entornos urbanos, todos estos sistemas ejecutan labores automáticas que mejoran la calidad de vida de las personas.
El IoT en la ciudad se aplica en distintos servicios. Los sensores se encargan de recoger datos que son comunicados a los ciudadanos, a través de aplicaciones en sus teléfonos inteligentes. Con esta información es posible comprender el estado de la ciudad, así como las vías para mejorar y disfrutar de nuestra vida urbana de forma más sostenible y eficiente.
Aplicación de IoT en la ciudad
El despliegue del IoT en la ciudad, por supuesto, es una responsabilidad mayor de los gobiernos locales. Hay estudios que contabilizan más de 31 mil millones de dispositivos interconectados en todo el mundo. Lograr que toda una ciudad esté interconectada es una tarea amplia y exigente. De ahí, que se hayan implementado estrategias por zonas o distritos.
Sin embargo, como ciudadanos, y también como desarrolladores inmobiliarios, es mucho lo que podemos apoyar e impulsar para formar, comprender y demandar soluciones inteligentes a las autoridades, que beneficien nuestra vida en la ciudad.
Numerosas ciudades en el planeta han avanzado en la instalación de IoT en sus ciudades y siguen avanzando. Hacer una lista de las ciudades más “inteligentes” para un artículo es riesgoso, pues más de una ciudad destacada quedaría fuera de la selección. Lo cierto es que varias urbes en casi todo el planeta están implementando esta tecnología, y con ella, mejorando la vida de sus residentes.
Las aplicaciones de la IoT en la ciudad básicamente se pueden resumir en:
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Smart Mobility
Con sensores y sistemas mejora la planificación urbana y se reduce el tráfico en la ciudad. Los semáforos conectados reciben datos de sensores y automóviles, con lo que se ajusta el ritmo de la luces en función de la medición del tráfico en tiempo real. Así se reduce la congestión en el camino.
Los automóviles conectados pueden comunicarse con los parquímetros y las estaciones de carga de vehículos eléctricos. De esta forma los conductores cuentan con información confiable hacia dónde dirigirse según sus necesidades puntuales.
El uso de diferentes tipos de sensores y el acceso a los GPS de los conductores ayudará a controlar el flujo, los accesos y los itinerarios de desplazamiento de manera eficiente. De esta manera, el tráfico mejora, se evitan accidentes y hasta mejora la calidad del aire en la ciudad.
El transporte público cuenta con dispositivos inteligentes que identifican los diferentes patrones para el uso del transporte público, a determinadas horas y en determinadas ubicaciones. Así se optimiza el recorrido y el número de unidades activas en horarios de mayor uso.
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Smart Energy
La IoT en la ciudad es clave para optimizar la generación de energía, mejorar la gestión del agua y de los residuos, y reducir todas aquellas emisiones que son contaminantes.
Los sistemas inteligentes de iluminación ayudan a un mejor mantenimiento de las infraestructuras y control de la intensidad de la iluminación y de las horas de alumbrado. Estas luces ajustan la cantidad de luz basándose en las necesidades de ese momento. La iluminación se adapta a la zona horaria correspondiente y tiene en cuenta las condiciones climatológicas.
Asimismo, en lugar de seguir una programación que no corresponda con la realidad, los contenedores de basura inteligentes envían datos a las empresas de gestión de residuos, quienes programan la recolección según sea necesario. También dan avisos de problemas ambientales, como incendios.
Igualmente, con el monitoreo digital es posible controlar las aguas residuales hacer un monitoreo químico y controlar el flujo de agua hacia plantas de tratamiento. De esta forma se evitan desbordamientos de alcantarillado, agua contaminada, altos costos operativos para el sector industrial, daños ambientales y las multas que estos puede acarrear.
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Smart Living
Son servicios orientados a mejorar la vida de los ciudadanos en relación a temas como seguridad pública, la sanidad, la educación o la asistencia social. También incluye los servicios de domótica de viviendas que dan vida a las casas inteligentes.
Estos sistemas prestan servicios de e-salud (HealthTech), e-accesibilidad (acceso a Internet según las necesidades especiales de distintos grupos humanos) y e-turismo (TravelTech), todo ello con el objetivo de incrementar los niveles de cohesión social, capital y seguridad de las ciudades.
Dentro de este concepto también surge el desarrollo de la edificación sostenible, que engloba sistemas de seguridad, comunicaciones, automatización de procesos y apoyo logístico, sobre la base de sensores de IoT.
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Smart Governance
La ciudad inteligente requiere de plataformas GobTech, es decir, son los servicios digitalizados y automatizados de los gobiernos y administraciones públicas.
Estas plataformas ayudan a los ciudadanos involucrarse en la toma de decisiones sobre planificación, inversiones y distribución de recursos, así como contribuyen con el mejoramiento de la infraestructura, la movilidad y los servicios públicos.
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Smart People
El teléfono inteligente de los ciudadanos es el hardware para cargar la identificación personal y el permiso de conducir.
La ciudad provee de Wi-Fi en las vías para que las personas usen distintas aplicaciones para interactuar con los servicios públicos, las autoridades, la oferta social y cultural, los sistemas educativos y de salud, entre otros.
Desafíos de la IoT en la ciudad
El primer desafío cuando se quiere desplegar una serie de componentes de IoT en la ciudad será contar con una conectividad inalámbrica confiable y omnipresente.
En este sentido, ya hay distintas soluciones para conectar la mayoría de las aplicaciones de la ciudad inteligente. Las tecnologías de red de área amplia de baja potencia evolucionan como las más idóneas. En todo caso, la decisión dependerá de la rentabilidad y la ubicuidad.
El avance de la tecnología 5G, más allá de los detractores, luce decisivo para que las implementaciones tecnológicas de las ciudades inteligentes finalmente se popularicen y se aceleren. Los gobiernos también deberán enfrentar los desafíos que implica la seguridad y privacidad de toda la data que se recopila de los ciudadanos.
¿Cómo quedamos los desarrolladores inmobiliarios ante esta ciudad más conectada, más inteligente, más eficiente en el manejo de recursos y residuos, más abierta hacia la comunicación y el servicio hacia los ciudadanos? Por supuesto, tenemos numerosas oportunidades para demostrar nuestra capacidad de adaptarnos a la innovación y proponer edificaciones y urbanismos más inteligentes. A fin de cuentas, significa fortalecer esa vocación hacia el servicio en la que tanto insistimos.
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