La jugada fue maestra. Al apropiarse de “Meta”, para renombrar a la compañía, quedó entre las grandes mayorías y más de un medio informativo, que los nuevos universos virtuales son su invención. Pero no es así.
Importantes empresas ya se habían adelantado en esto de los universos virtuales. Entre los más importantes resuenan Sandbox, Decentraland, Crypto voxels y Somnium. Gigantes tecnológicos como Microsoft, Google, Apple o Sony; o firmas de renombre como Nike, Gucci, BMW o Walmart, ya avanzan hacia esta nueva virtualidad.
Pero el anuncio de Zuckerberg sigue repercutiendo. Se ha desatado una ola de inversión en el metaverso, específicamente en terrenos virtuales cuyos precios van en aumento. Empresas e inversionistas quieren estar en estos entornos digitales. Son terrenos en los que se levantarán edificios de oficinas, tiendas, salas de concierto y más. Estamos hablando de bienes raíces, ya no de ladrillos y cemento, sino levantados con algoritmos y pixeles.
Las ciudades no se han quedado atrás. Estamos viendo el desarrollo de gemelos digitales de ciudades. Shanghai y Singapur ya cuenta con sus modelos digitales en 51world. Wellington, en Nueva Zelanda, anunció el desarrollo de su gemelo digital por una compañía llamada BuildMedia. En el continente americano, tenemos noticia de que se avanza en los modelos digitales de Miami y Medellín.
Estamos hablando entonces de que hay terrenos, edificios, fábricas y ciudades. Los bienes raíces en el metaverso comienzan a reproducir todo lo que industria inmobiliaria tiene en la vida real. Llegó el momento de hacerse la pregunta clave: ¿vale la pena invertir en el metaverso?
Límites y oportunidades
La consolidación del metaverso y sus usos posibles seguro tomará algún tiempo. Sin embargo, es un futuro que está muy cerca. Tener presencia en el metaverso será una necesidad que se impondrá a todo tipo de negocios e industrias, incluida el Real Estate.
Todavía hay que superar algunos obstáculos. El primero es la universalización de los dispositivos de Realidad Virtual. Para tener esa experiencia inmersiva en el mundo digital, que permita a los usuarios interactuar tal y como lo hacen en la realidad, amerita el uso de los dispositivos RV. Seguramente, las empresas harán lo necesario para que estos dispositivos sean tan cotidianos, como son los teléfonos inteligentes.
Otro aspecto que aún no está claro es la interoperabilidad entre las diferentes plataformas. Los entusiastas van a querer disfrutar, moverse y jugar entre las distintas plataformas, incluso con sus mismos avatares. Terminarán exigiendo esa interoperabilidad. De la misma forma, será una exigencia de quienes utilicen estos mundos para el trabajo o los negocios. Será una necesidad contar tanto con los mismos avatares, como con los objetos virtuales con los que se cuenta.
Asimismo, para el trabajo industrial a gran escala tiene numerosas e interesantes implicaciones: menos gastos, menos errores, menos impacto ambiental. Así lo entienden en NVIDIA, cuyo metaverso (que llama Omniverse) será una réplica del mundo real, que funcionará como un entorno de pruebas.
Se simula en el mundo virtual, y si funciona, se aplica la mejora a la realidad. Aquí encuadra perfectamente el desarrollo inmobiliario en las que la simulación digital puede mejorar los procesos, desde la construcción hasta la operación y el mantenimiento de las edificaciones.
De la misma forma, las ciudades tendrán la posibilidad de replicar y estudiar su crecimiento en el metaverso. Esto ayudará a una mejor toma de decisiones por parte de gobiernos, urbanistas, inversionistas y empresas desarrolladoras. ¿Se imaginan haciendo un recorrido virtual por una ciudad antes de tomar la decisión de invertir en un proyecto inmobiliario? El ahorro en tiempo y dinero es evidente.
Invertir en el metaverso: un negocio multimillonario
Bloomberg estima que el metaverso será un negocio de 800.000 millones de dólares para 2024. Para Grayscale, inversionista en criptoeconomía, la estimación es de 1 billón de dólares anuales. Sin dudas, números atractivos para quienes quieren invertir en este negocio.
Genesis City figura como la ciudad preferida por los inversionistas. Fue creada en 2017 por Decentraland. Los bienes raíces digitales fluctúan con la oferta y la demanda. Al igual que en la realidad, hay una cantidad limitada de propiedades. Genesis City tiene 900 mil parcelas.
Andrew Kiguel, consejero delegado de la firma de inversión Tokens.com, estimó que su cartera en el metaverso está valorada 10 veces por encima del precio de compra. Según su análisis, la inversión en el metaverso generará mejores resultados a medida que aumenten los anuncios de productos y eventos en el ecosistema.
Asimismo, Republic Realm, otra empresa inmobiliaria del mundo digital, anunció la compra de una parcela por 4,3 millones de dólares en el metaverso de The Sandbox, considerada como la transacción más grande, hasta la fecha. Esta empresa es propietaria de NFT de bienes raíces digitales en 25 universos, incluidos Decentraland y Axie Infinity, entre otros desarrolladores muy activos del ecosistema.
La directora ejecutiva de Republic Realm, Janine Yorio, explicó que por supuesto hay un riesgo en todo lo que es nuevo. “Sin embargo, la compra de bienes raíces virtuales no se hace al azar. Abordamos nuestras compras como cualquier otra inversión, utilizando un modelo de valoración basado en activos”.
Está claro que invertir en el metaverso puede significar una buena rentabilidad. Casi a diario hay una nueva noticia sobre una nueva inversión. Sin embargo, todavía hay mucho riesgo involucrado. El negocio inmobiliario en el mundo real todavía ofrece grandes oportunidades. Es mucho lo que se puede conseguir apoyando a numerosos startups Proptech. El giro de bienes raíces tradicionales hacia el Real Estate como servicio necesita de esas tecnologías. Tanto para optimizar la propuesta de valor, como para generar mayor rentabilidad. Mientras nos vamos preparamos para dar pasos firmes en esos universos virtuales, a favor de la industria, de las ciudades y de la propia sostenibilidad del planeta.
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