El futuro de la movilidad urbana está siendo moldeado por dos fuerzas tecnológicas poderosas: la computación cuántica y la inteligencia artificial (IA). Estas innovaciones prometen transformar no solo cómo nos desplazamos, sino también cómo interactuamos con nuestras ciudades, llevando eficiencia y sostenibilidad a nuevos niveles.
El sector de la movilidad se ha caracterizado siempre por su gran capacidad innovadora. Es una vertical clave dentro de lo que conocemos como Urbantech.
Sin duda, su capacidad para innovar debería inspirar mas al Real Estate. Pero eso es tema para otro artículo. Lo cierto es que este sector ha vivido en los últimos años una importante aceleración por distintas razones.
Pero, con la computación cuántica y la IA esto puede dar un cambio exponencial. De esto trata este artículo.
El poder transformador de la computación cuántica
Las computadoras actuales enfrentan limitaciones significativas cuando se trata de soportar múltiples variables, tal y como son las que ofrecen la enorme cantidad de cambios que representa un ecosistema de movilidad inteligente para la ciudad.
La mejor solución está en la computación cuántica, debido a su capacidad para realizar cálculos paralelos a gran escala utilizando los principios de superposición y entrelazamiento, ya que se pueden resolver problemas complejos mucho más rápidamente que las computadoras clásicas.
La computación cuántica es un nuevo paradigma informático que aprovecha las leyes de la mecánica cuántica para proporcionar una mejora significativa del rendimiento de determinadas aplicaciones. Así permite nuevos territorios de la informática en comparación con la informática clásica existente. De allí su valor para temas como la movilidad urbana.
La computación cuántica puede mejorar significativamente las simulaciones y la optimización de sistemas vehiculares. Puede, por ejemplo, dentro de una fábrica perfeccionar el rendimiento de los sensores y optimizar el diseño de vehículos. Sin embargo, su mayor potencial está en la mejora en la toma de decisiones en conducción autónoma y en la movilidad (individual o colectiva) dentro de la ciudad.
Además, McKinsey & Company estima que la computación cuántica podría generar entre $29 mil millones y $63 mil millones en valor económico para la industria automotriz para 2035.
Un ecosistema de movilidad inteligente y conectado
Las ciudades del futuro estarán marcadas por un ecosistema de movilidad completamente conectado e inteligente. Lo estamos viendo tanto con en las preferencias del consumidor por vehículos eléctricos, como por el interés de los inversionistas.
El ascenso de los vehículos eléctricos es el gran indicador. Las ventas de vehículos eléctricos se están disparando y se prevé que la demanda se multiplique por seis entre 2021 y 2030. Este auge es impulsado por avances en baterías y la creciente inversión en tecnología automotriz, con casi $280 mil millones invertidos desde 2010 en hardware y software para vehículos.
De nuevo, la consultora McKinsey integra datos reveladores: 62% de los consumidores están cambiando sus hábitos de transporte por soluciones sostenibles; 40% está utilizando múltiples modos de movilidad eco-amigables como las bicicletas eléctricas. Mientras que un 20% considera reemplazar sus vehículos privados por otras opciones de movilidad en los próximos diez años.
Por supuesto, todo este enorme cambio tiene a la inteligencia artificial como una de las grandes protagonistas. La nueva movilidad en las ciudades incluye desde sistemas de navegación inteligentes hasta vehículos autónomos. La IA mejora la seguridad, la eficiencia y la experiencia del usuario.
Imaginemos vehículos que no solo se comunican entre sí, sino que también interactúan con la infraestructura urbana. Estos vehículos podrán escanear espacios de estacionamiento, identificar peligros en tiempo real y ofrecer opciones de entretenimiento personalizados a los pasajeros.
Para hacer realidad este ecosistema, será crucial el intercambio rápido y fluido de grandes volúmenes de datos entre computadoras vehiculares y otros sistemas. Combinada con la computación cuántica, la IA puede alcanzar nuevos niveles de rendimiento, permitiendo soluciones más rápidas y precisas.
Aplicaciones en la cadena de valor de la movilidad
La computación cuántica y la IA tienen aplicaciones amplias en la cadena de valor de la movilidad:
1. Manufactura y Logística: La computación cuántica puede optimizar la creación de gemelos digitales para fábricas, mejorar la eficiencia de rutas de robots en almacenes y reducir el desperdicio y uso de energía.
2. Diseño y Desarrollo de Producto: En el desarrollo de baterías para los vehículos eléctricos, estas tecnologías pueden mejorar los algoritmos de análisis de estructuras moleculares, creando baterías más ligeras, seguras y económicas. Asimismo, son fundamentales en los sistemas de geolocalización.
3. Optimización de Vehículos y Aeronaves: Pueden mejorar el diseño de vehículos, aeronaves y satélites, mejorando la configuración de sensores y la resistencia al estrés físico.
Conclusión
La computación cuántica y la inteligencia artificial están revolucionando la movilidad urbana, transformando cómo nos desplazamos y cómo interactuamos con nuestras ciudades. Estas tecnologías permiten optimizar sistemas vehiculares, mejorar la toma de decisiones en conducción autónoma y potenciar la movilidad sostenible con vehículos eléctricos.
En el contexto de ciudades inteligentes, la integración de la computación cuántica y la IA es crucial para desarrollar un ecosistema de movilidad conectado y eficiente. Estas tecnologías permiten un intercambio rápido y fluido de datos entre vehículos e infraestructura urbana, mejorando la seguridad, la eficiencia y la experiencia del usuario. La evolución de la movilidad urbana es un pilar fundamental para construir ciudades inteligentes que sean sostenibles, tecnológicamente avanzadas y centradas en el bienestar de sus habitantes.
Únete a la transformación de nuestras ciudades y descubre cómo la computación cuántica y la inteligencia artificial pueden mejorar la movilidad urbana y crear un futuro más inteligente y sostenible.